El 17 de agosto de 2017 se produjeron unos ataques terroristas en Barcelona y Cambrils que causaron 17 muertos y mas de 130 heridos.
Los atentados yihadistas fueron organizados por un imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, que era confidente de la policía española. La policía autonómica catalana acusó al gobierno de españa, en manos del PP, de ocultarles información internacional sobre los atacantes.
En 2010 ingresaba en prisión por tráfico de drogas, y no saldría hasta 2014. Además, se descubrió que un juzgado de lo contencioso detuvo en 2015 la expulsión de Es Satty del Estado español por su arraigo familiar.
El 16 de julio de 2019 el diario Público reveló una investigación que apuntaba que el cerebro de la masacre de la Rambla, el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty, fue confidente del CNI hasta el día del atentado. También se publicó que el CNI seguía y tenía intervenidos los teléfonos móviles de los demás integrantes de la célula terrorista. A la mañana siguiente a los atentados, el CNI borró la ficha de colaborador de Satty.
El CNI había visitado un par de veces Es Satty en prisión de Castellón, donde estaba recluido.
El PP, Ciudadanos y el PSOE impidieron la creación de una comisión de investigación sobre los atentados que habían solicitado los independentistas catalanes.
El tribunal del juicio por los atentados del 17-A rechazó que el excomisario José Villarejo atestiguase sobre si el cerebro de los ataques, el imán de Ripoll trabajó para el CNI español y fue agente doble de los servicios secretos de Marruecos, tal y como aseguró en un juicio contra él, denunciado por su superior, Eugenio Pino. Villarejo aseguró que el CNI fue alertado de los atentados, pero que no le dio credibilidad.
El 11 de enero de 2022 el comisario José Manuel Villarejo aseguró haber trabajado con el CNI hasta el día de su detención, participando en arreglar el desastre que había causado el entonces director del CNI Félix Sanz Roldán al calcular mal las consecuencias derivadas del atentado para darle un susto a Cataluña. |