El Rey emérito ha salido del país cercado por la Justicia, a un paso del banquillo y tras semanas de que salgan a la luz trapos sucios de su pasado.
Numerosos detalles de los negocios opacos del emérito durante su reinado han salpicado a la Casa Real en los últimos días. Ilustrativo de estos es que se haya sabido que Juan Carlos I metió en España miles de euros en billetes por avión y tenía una máquina de contar dinero en Zarzuela.
En la actualidad también ha aparecido el nombre de su examante Corinna Larsen, a la que Juan Carlos I reclamó los 65 millones de euros después de abdicar y que ha sido citada a declarar por el juez del Caso Villarejo. Larsen dijo sobre el emérito que este "se muere por el dinero", según confesó en 2016 al comisario jubilado José Manuel Villarejo.
Sin embargo y a pesar de este último movimiento, Juan Carlos I ya rechazó renunciar a su título de rey emérito como pretendía Zarzuela. Por su parte, el Gobierno guarda silencio sobre si revocará ese tratamiento con un decreto.
Juan Carlos I es el único monarca europeo salpicado directamente por casos de corrupción. La Fiscalía del Supremo está esperando las pruebas de un supuesto delito de blanqueo de capitales agravado del rey emérito por los supuestos delitos relacionados con los pagos tras la adjudicación a empresas españolas de las obras del AVE a La Meca. La inviolabilidad de la que gozó el emérito hasta el el 19 de junio de 2014, fecha de su abdicación, hace que los delitos, si existieron, sean calculados a partir de su renuncia al trono porque antes era inimputable. |